20.2.08

Mood Funky Trio en un sótano minero

Hay sótanos que se encuentran completamente vacíos, abandonados en alguna casa antigua. Hay otros que guardan recuerdos familiares, utensilios de algún coleccionista, reliquias de los abuelos. Pero también hay sótanos donde se escucha música, y sus paredes guardan los sonidos de artistas que los medios masivos de comunicación no han logrado atrapar.

Conozco un lugar así, desde que yo era niño, recuerdo que cuando pasaba por ahí, escuchaba a lo lejos un blues que para mi corta edad, llamaba demasiado mi atención. Hoy, es un espacio, (por desgracia un espacio más), para los amantes de la trova cursi que se escucha en la ciudad, y digo “cursi que se escucha en la ciudad”, porque no toda la trova que existe es cursi. Hay músicos excelentes dentro de este género como Víctor Jara, el ya comercializado Silvio Rodríguez o el maestro Oscar Chávez, pero aquí en Pachuca, al menos la trova que ha llegado a mis oídos, solo la usan para enamorar chicas.

Pero en este sótano, más que trovero que minero, le han dado espacio a uno de los pocos grupos de jazz que existen en la bella airosa, Mood Funky trio. Este grupo con una corta trayectoria, esta buscando espacios en la ciudad de los vientos para promover el jazz.

Cuando uno mira a jóvenes que no rebasan los 26 años de edad con una batería, un bajo y una guitarra, se puede pensar que tocaran rock, surf, ska o algo que ya estamos acostumbrados a escuchar, pero no. Ellos interpretan un jazz exquisito, clásico, y lo mejor, rescatando un jazz que no cualquiera se atreve a tocar.

Pueden comenzar tocando temas tan trillados como La chica de Ipanema, para después irse a interpretaciones más experimentales con música de Miles Davis o John Scofield. Improvisar de manera tan delicada, que es inevitable no ponerles atención.

Hay tres puntos que se pueden resaltar en la música de Mood Funky, la originalidad en la interpretación, que a pesar de que no tienen temas propios, logran hacer de cada cover su propia versión. Además la dedicación que le ponen a cada tema, y la constante comunicación que tienen entre ellos en sus conciertos, hacen de su música, un jazz 100% profesional. Pero sobre todo, tienen ese feeling jazzístico donde cada uno maneja su instrumento con gran maestría y pasión.

Es un placer escuchar la guitarra de Ramón Gómez Villegas dentro del trío, ya que además de llevar la batuta del grupo, no puede evitar contagiar su amor por el jazz con su manera de disfrutar cada una de las notas que pasan por su guitarra.

Lo mismo podemos decir de Alejandro Isidro Arrazola con su bajo, que sorprende con su manera de tocar cuando le toca improvisar, ya que sencillamente juega con su bajo, haciendo improvisaciones un poco largas, y en otras más cortas, pero eso si, todas ellas de manera fina, sin dejar los estándares del jazz.

Mientras, la batería de Cesar Bolaños, suena exactamente como una batería de jazz, completamente suave, sin golpes duros, sin tanta experimentación, golpes sencillos y delicados, algo que no cualquiera puede hacer en este instrumento.

Ojalá y pronto podamos tener un demo de este grupo, ya que hasta el momento no tiene ninguna grabación donde podamos reproducir su música en algún aparato eléctrico. Mientras tanto solo nos queda seguir escuchando su música algunos sábados, en el Sótano Minero, esperando que Mood Funky se pueda digitalizar en un CD y en nuestra pasión musical.

No hay comentarios.: