27.3.08

De jazz y de más (Lo que dijo Roberto Aymes, I/II)

Por: Julio Romano/Jesús Ángeles

Roberto Aymes, Arturo Ramírez, Beto Guerrero y David “Chatrán” González integran Art Latin Jazz. Se presentaron en Real del Monte el pasado sábado gracias a Proyecto Luvina. Más allá de las espectacularidad de algunos momentos cumbre del concierto, de escuchar a Wolfgang Amadeus Mozart y a Charlie Parker, a las Nereidas de Amador Torres Pérez y el Summertime de Gershwin con un sabor jazzísticamente latinoamericano, el bajista y líder de la banda, Roberto Aymes (conductor también del programa Panorama del jazz en Radio UNAM;), concedió a la prensa más de media hora de su tiempo. He aquí un poco de lo que dijo.
El jazz en México y México en el jazz
“El jazz en Nueva Orleans es muy complejo. Surge de muchas esencias. No es como nos lo quieren pintar, exclusivamente afroamericano. No es cierto. Tiene influencias hasta mexicanas; hubo grandes maestros mexicanos que instruyeron a los primeros músicos de Nueva Orleans, jóvenes de la banda militar que mandó Porfirio Díaz a la Feria Algodonera, y se quedaron a vivir allá, por ejemplo. Eran músicos muy educados y llegaron con aquéllos que no tenían nada de preparación, porque el pueblo afroamericano en Estados Unidos estaba oprimido, y fueron sus maestros. Nueva Orleans es el hervidero. Y de ahí pasa a las grandes urbes, que es donde se desarrolla. Además, no es en Estados Unidos donde se graba primero el jazz. Se graba primero jazz en Europa. Hay grabaciones de 1899 en París, de 1901 en Polonia. Y en Estados Unidos se jactan de que grabaron por primera vez en 1917 a la Original Dixieland Jazz Band. Chispas... están mal en eso y nunca lo han aceptado. La única forma de arte que tiene Estados Unidos es el jazz, pero no aceptan sus orígenes reales porque están involucrados mexicanos, puertorriqueños, dominicanos y afroamericanos.
“Finlandia es un país con muy pocos millones de habitantes; y en Helsinki, que es una ciudad que se recorre prácticamente toda a pie, y hay quince o dieciséis lugares en donde se puede escuchar jazz. En el país tienen cuatro o cinco Festivales Internacionales, y España tiene diecisiete o dieciocho festivales. No es posible que en México no haya uno solo, y cuando lo hay toman exclusivamente a músicos extranjeros. Necesitaríamos estar tocando en todo el mundo; la Secretaría de Relaciones Exteriores no cumple con su trabajo y la de Turismo nos podría dar trabajo a todos los artistas en otros ramos que no sea lo comercial. Debería de ser trabajo de ellos presentar grupos de jazz de manera itinerante. Y así podríamos estar treinta o cuarenta grupos de jazz mexicanos.”
Internacionalización, jazz y deporte
“¿Qué se exporta de música mexicana? El mariachi. Los ballets folclóricos. Es lo único. En música clásica, dos o tres nombres y se acabó. Pero díganme en el jazz, ¿quién nos invita a los festivales? Y en todos lados me preguntan: “¿Por qué no vienen colegas tuyos mexicanos?”. Porque el gobierno no los apoya. Y no lo creen. Y me dicen: “Pero si hay tratados internacionales”. Pero cuando un país los invita, el gobierno de México se desentiende, “tú págate tu boleto y ‘ai te vas; si sale bien, pues nos paramos el cuello”. Y eso mismo pasa en el deporte... ahora que vienen Juegos Olímpicos. Estamos tan mal... el deporte es para dar vergüenza. Estamos en la calle. Y lo dice alguien que estuvo metido en esto del deporte. Y les dicen que si ganan una medalla les van a dar una casa y medio millón de pesos. ¡Por Dios! Ojalá que a los músicos de jazz por lo menos nos pagaran los boletos para ir a estos festivales. Nos sentiríamos contentos con eso. Qué impresionante.”
El Festival Nacional de Jazz
“Es un buen intento. Es un buen intento porque se invitó a gente de muchos lados... no por primera vez, porque esto se ha hecho en los años sesenta también... pero se vio que hay en toda la república mexicana quizá más y más talentosos jazzistas que los que hay dentro de la capital. Pero lo que es injusto es que a los músicos, cuando queremos hacer eso, nos ponen el pie en el cuello, y llega un escritor de un periódico y le dan todo. Eso no se vale. No se vale que al artista no le dejen hacer las cosas y que tenga que llegar alguien más para que se diga “sí se hacen las cosas”. No es que no necesitemos a alguien que coordine. Sí lo necesitamos. Pero tenemos a gente capaz para hacerlo, para organizar, y gente que proponemos. Y nunca nos hacen caso. Otra cosa. Estuvo muy bien, pero ¿qué salas fueron las que se dieron? Salititas. Excepto la última, que fue la sala Nezahualcóyotl. Pero... salititas y con condiciones bastante regulares. Entonces, a pesar de eso, el jazz sigue siendo una anécdota musical.”
A los jóvenes jazzistas
“Quien quiera dedicarse al jazz, que se dedique al jazz. Yo vengo de una generación que todavía pudo probar las mieles de cuando había mucho jazz en México. Llegan los jóvenes y me dicen “ahora sí hay jazz...”. No: Ahora es cuando no hay jazz. No hay opciones. Cuando yo surgí en el jazz había dos festivales nacionales y dos internacionales. Eso se ha acabado. Eso se ha ido para abajo. Y ahora les cuesta más a los jóvenes lograr tener un sitio, un reconocimiento, presentarse... tener un público como el que tuvimos hoy [unas 200 personas] no es sencillo. A los jóvenes que quieren dedicarse al jazz yo les diría que tienen que entrarle con muchas ganas. Sobre todo para ser jazzista de tiempo completo.”

26.3.08

De jazz y de más (Lo que dijo Roberto Aymes, II/II)



Por: Jesús Ángeles/Julio Romano


De Roberto Aymes se puede hablar de mucha cosas: De las diferentes agrupaciones con las que ha tocado, de cómo aprendió a tocar el bajo, su gusto por el jazz enfocado especialmente por la música latina, y también la difusión e investigación que le tiene a este genero musical. En este año, justamente el 27 de marzo, Aymes cumple 30 años de difundir el jazz a través de un programa radiofónico que se trasmite por radio UNAM desde 1959, en el que se haría responsable desde 1978. “Panorama del jazz” es el primer programa radiofónico de este genero que existió en México, del cual Roberto nos platico como comenzó este proyecto y como llego a ser parte de él.

Panorama del jazz

“Tuve la oportunidad de participar en los medios desde que era muy joven, inclusive mi primera licencia de locución la obtuve cuando apenas tenía la edad de 16 años. Después me entrevistó Juan López Moctezuma, productor de “Panorama del jazz” y junto con el departamento de producción y programación de la estación me escucharon, y comencé a participar como invitado dentro del programa. Ya cuando Juan decidió dejar el programa, lo dejó en manos de un señor que era muy pedante, ya que se consideraba que era el único que sabia de jazz.

“Para enero de 1978, Don Raúl López Malo, que era el jefe de programación, me pidió hacer una prueba, y así me fui metiendo poco a poco dentro del programa hasta que en marzo me quede como titular del programa”.

“Casi desde que me dedique hacer Panorama del jazz me he estado dedicando a la investigación musical. Esto me ha facilitado mucho hacer el programa, porque abre muchas perspectivas. Desafortunadamente he visto que muchos que escriben sobre jazz dicen muchos cuentos, o cometen fallas enormes, y no se vale que nosotros como publico, nos tomen el pelo. Por ejemplo, en Panorama del jazz nunca se ha repetido material musical en 30 años, y debemos tomar en cuenta que el programa trasmite más de 250 horas al año pero no por eso les voy a tomar el pelo a la gente. Además dentro de mi programa se pone música de los mejores festivales Europeos, que algunos, aun no se han grabado en algún material discográfico”

No es lo mismo “El Panorama” que “El Horizonte” del jazz

“Hay una estación en México que transmite jazz, de la cual respeto su trabajo, pero para mi perspectiva, solo transmiten lo que les dan en algunas empresas discográficas que normalmente son cantantes gringos, de lo cual debemos aclarar algo. La opera, es un segmento de la música clásica, por consecuencia el jazz cantado es un segmento del jazz. Ellos le dan prioridad al jazz cantado, quizás esto lo hacen porque dentro de la música popular esto es más fácil de entender, pero provocan que los músicos dejen de existir dentro de lo popular”.

Hablando de improvisación en la música y la radio…

“Creo que improvisar tanto en el bajo como en el micrófono, no es nada sencillo. Para ambas cosas se debe de tener al menos, algo de conocimiento para poder improvisar. Cuando estoy en el radio lo hago muy seguido, no hay un guión de tras, y me gusta escuchar la música que se programa para acordarme de alguna anécdota, y entonces plasmarla en el momento”.

“En la música, a nadie se le puede enseña a improvisar. Se pueden enseñar las técnicas, pero la improvisación es personal. Además, la improvisación no nada más es del jazz, toda la música tiene su parte de improvisación, si uno va a Veracruz y encuentras a un grupo con arpa, improvisan haciendo versos, y así puedes encontrar la improvisación en muchos géneros musicales, pero el jazz lo hace de una manera mas ordenada, probando que este genero se convierta en la nueva música clásica”.

Fue así como Roberto Aymes nos solo nos invito a escuchar el jazz, también nos incitó a sentirlo y experimentarlo cuando llegue a nuestros oídos, intentando olvidar ese jazz intelectual y Elitista que algunos han formado, para lograr un jazz mas sencillo y agradable para el público, para que cualquier persona logre acercase a él.

19.3.08

Ardiente despedida

Ya lo tenía pensado, no había mejor manera para despedirse que en la orilla del mar. Los dos ya un poco viejos, habían recorrido la música y la improvisación de la vida, no tenían porque estar más tiempo juntos, así que, aquel hombre de más de sesenta años de vida, decidió matarlo para darle el mejor funeral.

Tenía que ser en una tarde, días antes de que comenzara la primavera. Tendría que ser el invierno el encargado de llevarlo de la mano junto al mar, y así, recibir un nuevo sol en una nota que lo pudiera inspirar. Tenía que deshacerse de él, lo quería mucho, habían pasado muchos conciertos juntos, y precisamente, como los grandes músicos, tenía que morir antes de alcanzar la gloria.

El ritual era el siguiente, justamente cuando el sol comenzara a pintar de amarillo al horizonte, le prendería fuego en la orilla de playa de Ishikawa, y dejaría que se consumara, escuchándose solo los gritos de su canto.

No sería fácil llevarlo hasta la playa, cargar más de doscientos kilogramos, arrastrarlo por la arena sin que ninguna de sus patas sufriera una ruptura, tener cuidado de que la marea no subiera demasiado para no interrumpir el concierto, el asesinato, y todo saliera tal y como lo había planeado.

Por fin, con la ayuda de una grúa y varios hombres, el evento se llevaría acabo. La gente estaba extrañada, no es común ver un concierto de piano a la mitad de la playa completamente en vivo, pero ahí estaba, a la mitad de la tarde comenzando el concierto de jazz, donde las notas salían con lo salado del mar. Poco a poco se fueron acercando los curiosos para escuchar la música, que de pronto se escuchaba triste, y en otras, se dejaba sorprender por lo magnifico de las improvisaciones.

El público aplaudía, pero no sabían que estaban presenciando algo más que un concierto, no sabían que se encontraban en un funeral. Las melodías transcurrían y, a la mitad del concierto, el intérprete deja el banquillo, toma un traje plateado y se viste con él para seguir tocando. Es entonces, cuando el músico toma un aspecto de astronauta o bombero intergaláctico y, comienza a sorprender.

Después de haberse puesto el traje, toma un bote que contenía gasolina y lo deja caer sobre su inseparable e inmortal amigo, y antes de tomar el banquillo, prende un cerillo para que las llamas se dejaran ver. Así, con el fuego entre los huesos, tomó nuevamente el banquillo y siguió con el concierto. La gente no lo creía, el músico tocaba con un piano en llamas, ¡que clase de música es esa! se escuchaba, pero el músico y su amigo, seguían haciendo sonidos en la arena. Y los murmullos cada vez eran más frecuentes, y le daban fondo a la música: ese tipo esta loco, si no lo quiere que me lo regale, que alguien pare esto, ¿será una nueva disciplina en el arte?

Con el piano encendido las notas iban quedando en cenizas, los acordes de aquel viejo piano ahora serían alimento para peces, arena de la playa o un recuerdo loco de un músico demente. Y mientras se extinguía, el piano comprendía su destino, y poco a poco se despedían. El intérprete, como si el piano estuviese intacto, siguió tocando hasta que las llamas quedaron en sus manos, y justamente ahí, cuando el fuego pudo más que la música, se levanto y finalizó la despedida de un viejo amigo.

A la memoria del piano de Yosuke Yamashita

Invitación

Después de esta historia llena de realidad y fantasía que espero hallan disfrutado, me gustaría invitarlos a que asistan este 22 de marzo a presenciar un concierto de jazz, con el grupo Art Latin Jazz de Roberto Aymes, que no promete ser tan ardiente como el del cuento, pero si lleno de profesionalismo y sentimiento musical. Este concierto se llevara acabo en el hotel Villa Alpina El Chalet a las 19:30 horas, ojalá que por ahí nos podamos encontrar.

18.3.08

Unos amigos invisibles

Podrán decir que estoy loco cuando les digo que tengo unos amigos invisibles, que llevan una carrera de 17 años de recorrido, y que pueden pasar de un mambo a un buen rock. Lo mejor de todo es que han llevado una carrera extraña, siendo grupo aclamado por mucha gente en una esquina, y por la otra, son criticados y desterrados por tener música anticuada y poco ilustrativa. Hagamos un pequeño recuento de su trayectoria comenzando por el año de 1991.

Cuando este grupo comenzaba a tocar en algunas salas de teatro en Caracas, tocaban rock, pero ellos querían tocar algo distinto, algo que no sonara en su país. Observaron que la música dance se encontraba en decadencia, y se propusieron hacer música para los antros y las discotecas, prometiéndose ser el mejor grupo de este genero en su país.

Con la intención de hacer bailar a la gente, lograron más que hacer un poco de dance, alcanzaron el horizonte del acid jazz gracias y la mezcla del funk, el rock, con instrumentos latinos, haciendo de los amigos invisibles algo verdaderamente singular. Su primer disco se llama “A typical and autoctonal venezuelan dance band” en donde se pueden extraer el tema de “Acid jazz de las mujeres locas” donde podrían perder un poco la credibilidad en su música.

Ellos siguieron probando suerte con ese sonido venezolano que traían en la venas, y con el llegaron a New York, donde pudieron grabar su segundo disco, lograron consolidar su estilo que muchos aun no entendían. Y es que cuando se escuchan temas como “ponerte en cuatro” o “el diablo”, pareciera que escuchamos a un grupo desaparecido de los años noventa llamado “proyecto uno”, ya que desde las letras, hasta el ritmo en las canciones, parecían ser un grupo tropical que surgía en la escena musical, y que el tiempo se encargaría en desaparecer.

Pero no fue así, poco apoco, y con temas como “yo quiero a una mujer” “amar es algo más” fueron ganándose al público, y lograron llamar la atención de grandes músicos de la música electrónica, logrando que el propio Dimitri From Paris, les produjera su disco “Superpop Venezuela” consolidándolo como un gran grupo internacional.

Pero realmente, ¿que genero es el que toca este grupo musical? Es difícil saberlo cuando sus discos suenan con mezclas de jazz y funk, y se presentan en festivales de rock. Cuando algunos de sus temas duran más de 6 minutos, pero suenan impresionantemente guapachosos y sus videos salen en el canal Htv.

Es difícil decir que son un grupo de acid jazz cuando participan en tributos como en el de Rigo Tovar, y tocan en festivales electrónicos de Europa. Si tuviéramos que ponerle un género a este grupo, yo diría que tocan electro-acid-jazz-funk-rock, pero claro, eso no existe, bueno, solo con los amigos invisibles.

Y como le suele pasar a muchos grupos latinoamericanos, mientras que en su patria son abucheados he inclusive considerados nacos, en Europa es la música que bailan, son los sonidos que rebotan en los mejores antros y en las mejores fiestas.

Pero aun así, en abril sacarán a la venta un nuevo disco, y seguiremos escuchando lo invisible del sonido en las notas delicadas de sus letras, que poco se irán internando en los oídos de los que bailan, de los que gozan hasta la música, hasta que logren hacer algo más que acid jazz, hasta que logren interpretar algo más que un dance venezolano.

6.3.08

Una dosis de Ameneyro

El jazz también existe en la selva, en esa parte del sureste mexicano lleno de riquezas naturales. Para ser más exactos, hay un grupo de jazz que se hace llamar Ameneyro en San Cristóbal de las Casa, Chiapas; y desde ahí, han intentado crear un nuevo jazz lleno de magia, que puede crear en nuestro corazón cualquier tipo de imágenes.

El mejor ejemplo de ello es el disco Tele-visión, un disco perfecto para emprender un vuelo con una botella de licor, algún tipo de droga natural, o simplemente cerrar los ojos y disfrutarlo con la aspereza de la soledad. Comienzas a escucharlo, te adentras a una marimba y de pronto, se escuchan voces de fondo, sonidos ambientados, y una guitarra que se une a un grito de guerra. Ya para el tercer track, reluce un poco más el jazz. Los temas te van relajando hasta llegar a una inconciencia y, como la propia caja idiota, va manipulando tu cerebro, para operar tus sentimientos.

Sinceramente, si gustan poco del jazz clásico, quizás les pueda parecer un poco impertinente este álbum, así que se recomienda escucharlo con un poco de mente abierta, y si es posible, se recomienda escuchar antes Ummagumma de Pink Floyd, o a Frank Zappa. Pero más que nada se recomienda percibirlo con la mejor intención de explorar nuevos horizontes musicales.

Ameneyro no solo se queda en el campo de experimentación, al menos en su producción “Hecho en San Cristóbal”, maneja un jazz latino que pone a bailar los pies en cualquier circunstancia. Este álbum se puede poner al término de una comida, o para tomarse unas cervezas en la playa. Creo que en este disco, la pianista Patricia Reyes se deja explorar a ella misma, y combina perfectamente el piano con las percusiones y el sabor que caracteriza este tipo de música.

Este disco es más recomendable escucharlo con un buen Ron, y de preferencia en la playa. De no ser así, se puede hacer una fiesta con un grupo de amigos que disfruten de buenas percusiones, y preparar una mariscada para sorprenderlos.

Sin duda, Ameneyro esta creando una música completamente innovadora en el país, capas de crear una ambientación completamente distinta en cada de uno de sus discos, sin dejar a un lado el refuerzo de su cultura y un contexto completamente folklórico mexicano, bajo una experimentación estética, y estrictamente contemporánea.

Aquí un pequeño viaje que pueden hacer con su música.

Ameneyro…

Escucho la introducción del disco, y parece que me remonto al México del año 2000. Entonces tomo el bastón de mando, me adentro al III congreso que tengo pendiente. Tomo las llaves de mi auto, me dirijo hacía él, y en el camino me encuentro con los mejores paisajes, con los mejores bosques, y es ahí cuando se me viene en mente, ¿qué puedo hacer cuando vuelvan los lagos a ser cristalinos?, quizás poder pescar en ellos, invitar a la mujer que amo a nadar, y hacer un bailecito bajo el agua.

Si no hay nadie a nuestro alrededor, podríamos hacer el amor hasta que una lluvia roja nos cubra con su encuentro, y así, seguir bailando. Quizás cuando termine ese encuentro, y cuando termine esa lluvia, no vuelva a ver a la mujer que amo, y solo me quede como una sombra triste a la orilla del lago.

La vida es un carrusel en el que hay que tener los mejores preparativos para subirse y, afrontar las consecuencias. Quizás nos valla bien, o tal vez nos valla mal, y en algún momento de locura y desesperación miremos al cielo y gritemos “falso Dios del excremento endurecido, ¿Por qué me paso a mí?”. No va a ver más remedio que caminar sobre corales, visitar Tenochtitlan de noche y, sentir la danza del poder.

Y entonces volver a comenzar, inventar una nueva introducción, para ir del canto al canto, seguir bailando, y seguir contando historias, hasta que el disco se acabe….

1.3.08

El free del Arzobispado

Lo interesante del Festival Nacional de Jazz de este 2008, es esa mezcla de música que proviene de las diferentes partes del país. No solo se escucha jazz de la ciudad de México, se escucha jazz de Oaxaca, de Chiapas, de Yucatán, y hasta un jazz mestizado, dándole un toque de identidad y de libertad artística.

El free jazz, o el jazz libre, como lo nombraron los músicos aquel domingo 24 de febrero, en el Antiguo Palacio del Arzobispado; ya no es solamente un nuevo genero dentro del jazz, es todo el jazz que se fabrica actualmente, todos los músicos tocan ese jazz libre, que en la actualidad no solo requiere de experimentación, también necesita de pasión y libertad al transmitir un sentimiento a través de la música.

Pero para muestra, basta un botón, y ese botón de jazz libre que se esta fabricando en México, lo llevaron acabo el Trío Pinzón-Martín-Barrera de la ciudad de Mérida y el ya reconocido grupo Cráneo de Jade, de la Ciudad de México.

El concierto comenzó puntualmente a las 12 de a tarde, con un arzobispado lleno de gente, y con el grupo yucatense que inició interpretando sus primeros temas. Al principio fueron tranquilos, fueron conociendo a la gente, como seduciéndola, no sabían si explotar, o simplemente llevar un jazz ligero. Pero como fue transcurriendo la música, fue fluyendo el ambiente y, ni el trío, y mucho menos el público, se percataron de la experimentación que empezó a fluir.

Gilberto Pinzón, guitarrista del grupo, fue quien se dejo llevar por los ecos que estaban manando. Y en un principio se reía, se divertía, pero poco a poco, la comunicación que tuvo con sus instrumentos fue superior a la que tuvo con su público, y ahí empezó el juego. De la guitarra no solamente salían notas, salían ruidos, sonidos no comunes para un público sencillo. Había que prestarle atención y comprender lo que hacia con las cuerdas, de las que no solo tocaba sobre los trastes, también lo hacía por los extremos, por todas esas partes donde un principiante de guitarra no se atrevería a tocar, por temor a ser regañado por su maestro.

El ecos cortantes y punzantes fue lo que más jugo en esa tarde pinzón con su guitarra. Una guitarra que la hacia sonar, y de pronto la interrumpía con sus pedales. De pronto el sonido regresaba, lo escuchábamos, sabíamos cuando regresaría, sin embargo, cuando el eco llegaba, nos volvía a sorprender. Es una magia sonora que desaparece en jazz clásico y regresa en un sonido completamente libre.

Después tocaría el turno a Cráneo de Jade, que también vendría a darnos una cátedra de lo que es el free jazz, en especial el baterista Hernán Hecht, que además de tocar su batería, se dedicó a ambientar cada una de las piezas. El jazz de Cráneo de Jade, también sonó progresivo, intenso. Parecía un ritual en el que todos estábamos incluidos, donde el Trío de Jade fueron los dioses.

Es interesante observar algunos de los instrumentos de Hernán, ya que en los últimos temas, para poder realizar sonidos que asemejaban al viento, utilizó una manguera que para mi ignorancia, la podía confundir con un poliducto de electricidad. Una manguera que le dio una profundidad al tema, de tal forma que parecía que un viento soplaba fuertemente dentro del arzobispado, tocando solamente los sonidos del tiempo.

Para finalizar un tema utilizó una simple vasija de color cobre, la froto como si fuera una copa y, el sonido salio y se esparció como si fuera humo. No se mucho de percusiones, pero lo que si conozco, es que no es común en un artista la utilización de estos instrumentos, y eso es lo que hace magnifico al free jazz.

Entre Cráneo de jade y pinzón, nos dieron la mejor lección de lo que es sentir el jazz dentro de la música, pero sobre todo, nos enseñaron a sentir la libertad con el simple sentido de escuchar.